martes, marzo 25, 2008

Que envidia de Finlandia!



El 26% de quinceañeros no saben resolver problemas básicos

  • Un informe de la OCDE detecta un acusado déficit en matemáticas en los estados más desarrollados

  • Los alumnos españoles se encuentran entre los que peor resultado obtienen de los 29 países analizados

PARÍS

Un 26% de los estudiantes de 15 años de los países desarrollados son incapaces de hallar solución a problemas matemáticos básicos vinculados a asuntos cotidianos, según se desprende del último informe del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Finlandia encabeza la tabla de países cuyos alumnos obtienen mejores resultados en la materia, mientras que España se sitúa en los últimas posiciones: ocupa el puesto 23° entre los 29 posibles.

El estudio refleja, asimismo, que únicamente unos 10.000 de los 250.000 alumnos que han sido evaluados obtuvieron un resultado óptimo a la hora de solucionar problemas complejos. El proyecto pretende, como ya se hizo por vez primera en el 2000, evaluar hasta qué punto los jóvenes próximos a finalizar la enseñanza obligatoria disponen de los conocimientos necesarios para desenvolverse en la sociedad.

Al igual que en el 2000, aunque en aquella ocasión se puso énfasis en evaluar la comprensión de la lectura, el sistema educativo de Finlandia se sitúa por delante del resto. Le siguen, por este orden, Corea, Holanda, Japón, Canadá, Bélgica, Suiza, Australia, Nueva Zelanda y la República Checa. Por detrás se España, se colocan EEUU, Portugal, Italia, Grecia, Turquía y México.

FACTOR SOCIOCULTURAL
El director general adjunto para la Educación de la OCDE, Bernard Hugonnier, subrayó ayer que el informe PISA evidencia que España forma parte del "tercio de países que están por debajo de la media, tanto en matemáticas, como en ciencia y lectura". Hugonnier considera que el sistema educativo español "no es muy eficaz", puesto que no hay una correspondencia entre la inversión educativa, que se sitúa cerca de la media de los integrantes de la OCDE, y los resultados obtenidos.

Este experto educativo destacó la importancia que "los antecedentes socioculturales de los padres" tienen en España en el rendimiento del alumnado. Esa apreciación se traduce, según el director general adjunto de la OCDE, en que los estudiantes de "origen modesto tienen menos posibilidades que en otros países de tener buenos resultados".

El informe recoge que, a diferencia de lo ocurrido en el trabajo del 2000, cuando se evaluó la comprensión escrita, las diferencias de resultados entre chicos y chicas, favorables entonces a las segundas, desaparecen en la resolución de problemas matemáticos.

Los expertos han observado que esta disciplina suscita menos interés tanto en los alumnos como en las alumnas, pero especialmente en ellas e insisten en sus recomendaciones en que la escuela redoble esfuerzos para despertar el interés por la materia desde edades muy tempranas. "Hay que hacer comprender a los jóvenes que para triunfar hacen falta instrumentos como las matemáticas", insistió Hugonnier.


Los alumnos españoles, a la cola de la OCDE en matemáticas, ciencia y lectura

  • Más del 20% de los estudiantes de 15 años 'suspende' en las grandes materias analizadas

Ni en matemáticas ni en ciencia ni en lectura. Los alumnos españoles de 15 años (secundaria obligatoria) no logran alcanzar la media de conocimientos de los países desarrollados. Su nivel se sitúa entre los peores, hasta el punto de que más de un 20% ni siquiera es capaz de superar ejercicios básicos en dichas materias. Tampoco corre mejor suerte el nivel de excelencia, uno de los más bajos de Europa. Así lo demuestra el Informe PISA 2003, que, mediante 275.000 pruebas directas a estudiantes realizadas en los propios centros, compara los resultados educativos de los países de la OCDE. A la cabeza de la clasificación se sitúan, con diferencia, Corea del Sur, Japón y Finlandia.

Bruselas, 7 dic

De mal en peor. Los resultados del segundo gran informe trienal de la OCDE sobre el nivel educativo de los estudiantes de secundaria (15 años) sitúa a España en el furgón de cola y con tendencia a empeorar, con un 23% y un 21% de estudiantes incapaces de alcanzar el nivel básico en matemáticas y lectura, respectivamente, y, además, con exiguos porcentajes de nivel de excelencia. Con un pobre gasto per cápita en educación, por debajo de la media de la OCDE (organización que integra a los 30 países más desarrollados), España ofrece, en contrapartida, una cierta igualdad de oportunidades y una actitud positiva de los chavales hacia la escuela.

El Informe PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes, en sus siglas inglesas), que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) inauguró en 2000 con resultados publicados un año más tarde, ofrece la fotografía más completa y comparativa de los niveles educativos de los jóvenes de un total de 41 países (29 de la organización, pues los datos del Reino Unido no se aportan por considerarlos insuficientemente representativos, y 11 asociados). Es una fotografía fiel basada en los resultados de una serie de tests idénticos a los que se someten cada tres años más de 250.000 estudiantes.

Centrado esta vez en el conocimiento de las matemáticas (el primero se dedicó a la lectura), el resultado de España sigue siendo mediocre y con tendencia a empeorar. Si en 2000 el 20% de los chavales no alcanzaba el nivel mínimo en matemáticas, ese porcentaje se elevó el año pasado al 23%. En el caso español llama, además, poderosamente la atención el escaso nivel de excelencia: sólo el 1% de los estudiantes obtiene la mejor calificación, siendo la media de la OCDE el 4%.

En lectura ocurre algo similar. El 21% de los quinceañeros españoles no alcanza siquiera el nivel básico de lectura y compresión de textos escritos y ha perdido posiciones a nivel general respecto al año 2000. Entre los 29 países de la OCDE se sitúa en el lugar 22º y entre los 40 analizados está en el 27º. En ciencias, se ha perdido algo también en tres años, aunque la OCDE estima que tal pérdida es irrelevante estadísticamente.

Frente a la idea de que en tres años es difícil lograr variaciones importantes, el director de la División de Indicadores y Análisis Educativos de la OCDE, Andreas Schleicher, señala el avance de Polonia, que de los últimos puestos en 2000 ha pasado a colocarse en la media de la OCDE, muy por delante de España, gracias a la reforma educativa acometida por el Gobierno en 1999, tendente a recuperar sobre todo a los peores alumnos.

Finlandia, vuelve a situarse a la cabeza en todas las materias. "Es llamativo comprobar que, lejos de acomodarse", explica Schleicher, "en Finlandia hay una gran receptividad a escuchar los consejos y observar las buenas prácticas de los demás para mejorar sus resultados". Tras Finlandia se sitúan, junto a Japón y Corea, un buen puñado de países europeos, lo que promete un mejor futuro para Europa frente a la gran potencia estadounidense, que está perdiendo terreno en resultados educativos.

Así como en lectura destacan las chicas frente a los chicos, en matemáticas, en una menor proporción, obtienen mejores resultados los chicos, aunque en ambos casos parece deberse más a las motivaciones y el contexto en el que se enseñan ambas materias que a la capacidad de unos y otros. Así, los mejores resultados por países no indican una mayor inteligencia de unos sobre otros, sino que el sistema educativo de unos es capaz de desarrollar mejor que otros el potencial de sus alumnos.

En términos generales y, por tanto, con excepciones, la escuela privada prepara mejor a sus alumnos que la pública y los sistemas menos rígidos de enseñanza, la descentralización, la autonomía de los centros y una preparación no competitiva son factores que suelen lograr los mejores resultados.

Sin estar entre los mejores, España ofrece una cierta equidad, es decir, los resultados no dependen excesivamente de la extracción socioeconómica de los alumnos, y las diferencias entre los mejores y los peores no es tan elevada como en otros países, como Turquía, Hungría o Japón. A destacar también por parte de los quinceañeros españoles su actitud positiva hacia la escuela. De los 40 países estudiados, los españoles ocupan el 12º lugar en cuanto a actitud positiva hacia su centro de estudios y el 7º en sensación de pertenencia.

Un pequeño análisis del Sistema Educativo Finlandés. España ocupa el lugar 24 en un ranking de 28 (los países de la OCDE).

Algunas consideraciones previas:

  • En Finlandia, el numero de divorcios y separaciones triplica al español. El sistema laboral español es mas pernicioso que la separación familiar, para la educación de los hijos.
  • En Finlandia, las ayudas del estado a la mujer por cada hijo 300 euros al mes, guarderías en centros de trabajo y múltiples ayudas. Solo el 3 % de los niños estarían por debajo del estándar económico (pobreza). En España, el 12% de los niños están en el umbral de la pobreza.
  • Finlandia,ocupa el primer lugar en calidad de la educación, desde hace pocos años, esto es el resultado de una reforma iniciada años atrás.

En Finlandia, con el mejor sistema educativo del mundo, la piedra angular de la enseñanza es el profesor. Con un buen sueldo, pero también con una excelente formación y motivación para impartir sus conocimientos entre los alumnos. Las fuertes inversiones del Estado, en formación del profesorado y en medios, ayudan a los educadores a realizar su tarea. En las clases finlandesas, a diferencia de las españolas, hay una generalizada ausencia de competitividad. Los alumnos practican la solidaridad con sus compañeros más retrasados en los estudios con absoluta normalidad y los profesores se aseguran de que ningún alumno se quede atrás.

2 estudiantes de 15 años en el sistema educativo finlandés y español

Concepto

Finlandia

España

Curso

9º, el último de la Enseñanza Obligatoria

4º de ESO

Horas de clase

7 horas

7 horas

Horas diarias dedicadas a deberes

Media hora

2 horas

Total horas lectivas desde los 7 hasta los 15 años

6.126 horas

7.731 horas

Idiomas

Sueco, inglés, francés y otro optativo

Lengua natal e inglés o francés como optativa

Ingreso en la Universidad

71 por ciento de los alumnos

50 por ciento de los alumnos

Inversión del Estado en su formación obligatoria

40.866 euros

35.155 euros

Sueldo de los profesores

3.400 euros (Formación de seis años. Para acceder a esta carrera media en el bachillerato de 9)

1.800 euros (funcionarios por oposición después de una licenciatura que puede no tener relación con la pedagogía)

Costes para las familias

Gratuidad, incluso en la escuela privada

Gratuidad de la enseñanza pública, pero no de servicios complementarios, como comedor, material escolar y transporte. Conciertos educativos con centros privados no gratuitos, lo que permite abaratar algunos gastos.

Desde los 7 hasta los 15 años, los estudiantes finlandeses asisten a 1.605 horas lectivas menos que los españoles. Y mientras en Finlandia los deberes en casa les ocupan media hora diaria, en España los alumnos trabajan con tareas escolares alrededor de 2 horas cada día en el hogar. Por otra parte, los chicos finlandeses pueden llegar a estudiar hasta 4 lenguas, mientras que los españoles estudian la lengua propia (en algunas comunidades autónomas son dos) y otra optativa. En Finlandia, la universidad acoge al 71 por ciento de los alumnos y, en España, tan sólo opta a los estudios universitarios el 50 por ciento.

Gratuidad absoluta

El Estado finlandés invierte en la formación obligatoria de sus estudiantes 40.866 euros, 5.711 más que el español. La gratuidad de la enseñanza obligatoria en el sistema finlandés es absoluta e incluye, no sólo los salarios de los profesores, sino todo tipo de material escolar, desde los libros hasta los lápices. La total financiación alcanza también a los escasos centros privados que existen. Además,todos los estudiantes tienen derecho a una comida caliente que garantice su correcta alimentación y, si el alumno vive a más de 5 kilómetros, el centro garantiza su transporte. Por otra parte, los padres pueden elegir con casi total libertad el colegio de sus hijos, aunque apenas existen diferencias significativas entre los diferentes centros.

En España, sin embargo, los padres han de pagar los servicios complementarios en las escuelas públicas, donde la enseñanza es gratuita (comedor, material escolar, transporte, etc.). Y los conciertos educativos establecidos con centros privados no gratuitos permiten a los padres reducir algunos gastos.

Inversiones en formación y medios

Con el objetivo de mejorar el rendimiento de los alumnos en matemáticas y ciencias, las autoridades educativas finlandesas pusieron en marcha en 1996 un programa que incluía una exhaustiva formación del profesorado y una mejora de la enseñanza, dirigida a conseguir formar a los alumnos de una forma práctica. Para ello, se invirtió mucho dinero en modernizar los laboratorios de los colegios e institutos, adquiriendo ordenadores y programas informáticos más actualizados.

El profesor, la piedra angular

Pero si algo caracteriza el perfecto funcionamiento del sistema escolar en Finlandia, es el profesor, piedra angular del éxito finlandés en materia educativa. "Se ve enseguida que un profesor está motivado cuando te anima a estudiar y siempre parece feliz. Ah, y no nos mandan deberes", dice una alumna que ha participado en el estudio.

La buena formación técnica y humana de los profesores garantiza unos excelentes resultados. Para dar clases se les exige una titulación universitaria de carácter superior. Ser maestro de Primaria requiere 6 años de carrera universitaria. Además, el hecho diferencial básico con respecto a otros países es que un profesor finlandés debe tener una formación dirigida, no sólo a poseer unos perfectos conocimientos de la materia que imparten, sino también a ser unos expertos en Pedagogía. De hecho, en Finlandia los profesores son considerados como los profesionales más importantes de la sociedad.

Más lectura y menos televisión

Por lo que respecta a los hábitos de los alumnos, tres de cada cuatro niños finlandeses de 15 años afirman leer todos los días por el mero placer de hacerlo. A diferencia de otros adolescentes europeos, prefieren hojear los periódicos, las revistas, los cómics a las obras de ficción. Además, la televisión y videojuegos no entran en sus hábitos diarios y mucho de su tiempo libre lo pasan con otros amigos discutiendo sobre los deberes. A las nueve de la noche ya están en la cama.

Solidaridad vs competitividad

Otra de las peculiaridades, casi única en Europa en los tiempos que corren, es la extrema generosidad que caracteriza a los estudiantes finlandeses: Contra competitividad, generosidad. "Si alguna de nosotras no ha tenido tiempo de estudiar suficiente o hay algo que no entiende, las demás se lo explicamos. Cuidamos una de otra... Si algún compañero se siente cansado y no tiene ganas de seguir todos los demás le animamos y tratamos de ayudarle", dice la misma alumna del estudio.

Se trata de una de las claves de la equidad del sistema educativo en Finlandia. Una labor conjunta de padres y profesores que se esmeran por enseñar a sus hijos y alumnos que lo más importante no son los resultados espectaculares, el éxito individual o el agravio comparativo, sino la solidaridad hacia sus compañeros y el éxito colectivo. De hecho, las diferencias en las puntuaciones son muy escasas entre los mejores y los peores alumnos finlandeses.

"No dividimos a los alumnos entre los que van mejor y los que necesitan más tiempo. Aquí todo el mundo es igual. No hay repetidores. No dejamos que ninguno se quede atrás. Si se nos presenta un problema con algún estudiante, lo tratamos inmediatamente con los demás profesores, sus padres, el director del colegio y un psicólogo", confirma una profesora que ha colaborado con el estudio.

Alumnos, profesores, padres y administraciones; todos a una para conseguir un sistema educativo que es la envidia de Europa y un buen espejo en el que España debe mirarse con detenimiento.

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